PNUD RD se prepara frente a una crisis sanitaria con efectos sociales y económicos

6 de Abril de 2020

"Es el momento de sumar todos los esfuerzos de la sociedad”, señala Inka Mattila, representante residente del PNUD en República Dominicana. Foto: Gilberto Abreu PNUD R. D.

Santo Domingo. El avance de la crisis de COVID-19 amenaza con castigar desproporcionadamente a los países en desarrollo, no solo en forma de crisis sanitaria a corto plazo sino también a través de sus devastadores efectos sociales y económicos que se prolongarán durante meses y años. Según Achim Steiner, Administrador del PNUD, “hay riesgo que se pierdan una o dos décadas de progreso en muchos países”.

Se calcula que alrededor del 55% de la población mundial carece de acceso a servicios de protección social. Para el caso específico de República Dominicana esta situación afecta de manera más directa a los trabajadores y trabajadoras informales y las MIPyMES con una participación en los empleos de 52.0%, por la inestabilidad de sus ingresos y limitado acceso a la seguridad y protección social.

En adición, desde el punto de vista económico, la pandemia también repercutirá de forma importante en el sector agrícola y ganadería (13.0% del empleo), el turismo (6.4%) y el comercio (21.3%). Es Importante señalar, que la pandemia podría romper con tendencias positivas en el mercado laboral y revertir logros significativos en reducir las tasas de pobreza monetaria y de desempleo – que se han contraído desde el 2014 en 37.3% y 26.0% respectivamente, según análisis del PNUD RD.  La crisis de COVID-19 tiene impacto negativo profundo a Desarrollo Sostenible.

Otros datos importantes para destacar identificados son que la pandemia se encuentra localizada en zonas urbanas de 4 provincias con mayor afectación, donde algunos municipios registran porcentajes importantes de hacinamiento moderado o alto lo que implicaría mayores riesgos de propagación: Distrito Nacional, alcanza un 26.7%, en la provincia Santo Domingo, 23.5%, Santiago, 12.8% y Duarte, 14.1%. Asimismo, en estas provincias la necesidad de provisión de agua constituye otro factor de riesgos, que para el Distrito Nacional registra un 25.1%, para la provincia Duarte, 30.8%, para Santiago, 37.2%, y para Santo Domingo, 16.3%.

“Más allá de una crisis sanitaria, estamos frente a una crisis de desarrollo humano es por eso que el PNUD conjuntamente con todos sus socios está explorando las posibilidades de redireccionar sus iniciativas existentes y nuevas líneas de acción estratégica para apoyar a la respuesta y gestión de COVID-19 en el país de manera más oportuna posible. Esta exploración tiene como norte asegurar la recuperación temprana y contribuir a la búsqueda de soluciones y aportes innovadores que puedan apoyar e incluso impulsar un rumbo más sostenible e inclusivo. Es el momento de sumar todos los esfuerzos de la sociedad”, señala Inka Mattila, representante residente del PNUD en República Dominicana.

La oferta programática del PNUD en República Dominicana, para contribuir en la etapa de respuesta inmediata y de recuperación se alinea con el Plan estratégico de acción y preparación de la OMS / OPS, y el plan de respuesta interagencial de Naciones Unidas, con el fin de potenciar la articulación y la eficacia de acción desde las capacidades del Sistema de Naciones Unidas en su conjunto.

En este sentido, el PNUD basa su oferta global en 3 líneas estratégicas y operativas de intervención poniendo la innovación al centro de nuestras respuestas a través de la red de los Laboratorios de Aceleración que tiene la organización en 60 países.

Estas líneas estratégicas son:

1.   Apoyo a la resiliencia del sistema de salud incluyendo la gestión de suministros.  En este momento el PNUD está extendiendo su brazo operativo a actores privados y públicos y de cooperación internacional para poder apoyar las adquisiciones de sumisitos necesarias para dar la respuesta necesaria poniendo a servicio el alcance a mercados globales, regionales y nacionales cumpliendo con estándares internacionales de calidad y costo-efectividad en un momento de mucha escasez. Asimismo, las mujeres están afectadas de manera desproporcionada por esta crisis, y por esta razón el PNUD conjuntamente con otras agencias del Sistema de Naciones Unidas está poniendo énfasis especial en la prevención de violencia intrafamiliar, la distribución más equitativa del trabajo de cuidado y de los miembros con mayor riesgo y condiciones especiales de salud (personas envejecientes o con alguna discapacidad), lo que limita su contribución a la productividad de la economía.

Junto con varias agencias del Sistema de las Naciones Unidas, el PNUD está desarrollando acciones estratégicas de comunicación e incidencia para llegar a la población rural y urbana con mayor condición de vulnerabilidad para proveer información más asertiva, transformar el comportamiento y el accionar en la población y reforzar la prevención del contagio siguiendo los lineamientos de la OPS/OMS. 

2.  Gestión de respuestas inclusivas multisectoriales. Este componente plantea potenciar las alianzas con distintos sectores que también contribuirán en mitigar los efectos de la pandemia, a través de acciones conjuntas con el sector privado, el sector salud, el sistema de protección social, la sociedad civil y la academia y proyectos con el gobierno. Es importante destacar que se están desarrollando instrumentos innovadores como crowfunding y aplicaciones tecnológicas para conectar actores y recursos.  Adicionalmente, se apropiará un diagnóstico con visión de territorialización de la incidencia de la pandemia. Este componente se sustentará en la coordinación y participación de los grupos de trabajo del Sistema de las Naciones Unidas para la recuperación temprana y resiliencia que PNUD está coliderando junto con la oficina del coordinador residente de Naciones Unidas. 

3.  Abordaje de los impactos socioeconómicos del COVID -19. Como esfuerzo para toda la Región de América Latina y el Caribe, el PNUD está desarrollando estudios para analizar los impactos previsibles de la pandemia, con el propósito de formular opciones de políticas públicas para contribuir que las respuestas a la crisis desde las medidas de protección social y otras sean basadas en pensamiento riguroso y oportuno. Este tipo de análisis se está desarrollando también para Republica Dominicana.  

También se plantea desarrollar una evaluación de necesidades mínimas a nivel comunitario en los hogares más vulnerables, en su mayoría, liderados por madres solteras, o adultos mayores de 65 años que tienen alguna enfermedad crónica (28.7%), población con discapacidad (10.0%), según datos del SIUBEN. Entre las acciones, se destaca el desarrollo de un sistema de monitoreo periódico de manera virtual, para medir la evolución de estos impactos en los ejes: productivo, social, medios de vida y protección social, condiciones de nutrición y la recepción de remesas. Entre las prioridades el PNUD es trabajar para el sector de los MIPYMES, entre otros.

A nivel global, el PNUD ha puesto en marcha un fondo de respuesta rápida al COVID-19 financiado con recursos existentes, con un capital inicial de 20 millones de dólares. La distribución de los recursos del fondo se realiza mediante un mecanismo que permite a los equipos de la organización ofrecer asistencia inmediata a los países para una respuesta rápida. A largo plazo, el PNUD prevé una necesidad mínima de 500 millones de dólares para prestar ayuda a 100 países.  

El PNUD hace un llamado a la solidaridad y a la integración de todos los sectores para mirar más allá de las consecuencias inmediatas del COVID-19. La organización hace énfasis en la necesidad de tomar tres tipos de medidas prioritarias: recursos para ayudar a detener la propagación del virus; apoyo para la respuesta durante el brote de la enfermedad; y recursos para prevenir el colapso económico de los países en desarrollo.