Una nueva normalidad con liderazgo de mujeres

15 de Mayo de 2021

Mujeres

La Pandemia por el Coronavirus no ha escapado a ninguna persona en sus efectos. Ha representado una crisis sanitaria con todas sus implicaciones, pero también es una crisis multidimensional que ha ampliado las desigualdades preexistentes con un efecto mayor en las mujeres y las niñas.

La Covid 19 amenaza con revertir años de progreso hacia la igualdad de género y el liderazgo de mujeres. Además, de retrasar el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de manera especial el ODS 5 sobre Igualdad de Género.

Las mujeres han tenido un triple impacto en las afectaciones por la COVID, ya que han sufrido los riesgos de salud, aumento de la violencia de género debido al confinamiento y por tanto al riesgo de ser víctima, y se ha intensificado la carga de los cuidados de las personas y del hogar, la cual antes de la pandemia ya era 3 veces más para las mujeres que para los hombres de nuestro país[1].

A esto se suma los efectos en la autonomía económica y el ámbito laboral, constituyendo las mujeres la mayoría de la fuerza de trabajo en los sectores económicos más afectados, 56.9%. Asimismo, el 47% de mujeres ocupadas lo están en trabajos informales, con bajos salarios y poca sostenibilidad de sus puestos laborales, sin seguridad social, ni garantía de apoyo para su recuperación económica. A pesar de la feminización de la educación[2], los logros educativos no se han traducido en mejores posiciones, progresos o mejores salarios.

Este contexto se da en una situación en la que la República Dominicana presentaba ya importantes retos en el logro de la igualdad de género, con tasas de feminicidios, de embarazo en adolescentes y mortalidad materna de las más altas en la región de América Latina y el Caribe.  Según el Informe Mundial de Desarrollo Humano del PNUD 2019, el Índice de Desigualdad de Género (IDG) muestra que el país presenta un nivel de desigualdad superior a la media latinoamericana (1.003 vs 0.941), siendo el 5to país de la región con un mayor IDG (mayor desigualdad).

Un hecho incuestionable es que a pesar de las desigualdades que enfrentan las mujeres, su liderazgo durante la pandemia ha mostrado efectos positivos. Un artículo del Harvard Business Review nos indicó que las muertes confirmadas por COVID-19 en el primer semestre de 2020 fueron 6 veces más bajas en los países liderados por mujeres.

Actualmente, instituciones clave para la recuperación socioeconómica del mundo como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo, la Organización Mundial del Comercio y el Tesoro de Estados Unidos son dirigidas por mujeres.  

Igualmente, un estudio reciente de McKinsey & Company nos indica que un mayor equilibrio de hombres y mujeres en juntas directivas de las empresas,  reporta mayores retornos de inversión, y que las mujeres muestran mayores rasgos de liderazgo que son altamente aplicables a los desafíos globales futuros.

Eliminar las brechas que enfrentan las mujeres,  y aumentar su participación en puestos de toma de decisión,  es un reto que debemos enfrentar ya mismo para lograr la recuperación socioeconómica y el desarrollo sostenible del país.

En el país solo un 12% de mujeres encabeza las Alcaldías, lo que se mantiene igual desde el 2016, y en el Congreso la representación femenina es de un 22%, lo que se redujo en comparación con el 25% de representación en las elecciones del 2016. Asimismo, las mujeres ocupan solo el 30% de los puestos gerenciales en las empresas. 

Mantenerse a salvo, administrar la higiene del hogar, hacerse cargo de la educación de hijos e hijas y, al mismo tiempo mantener sus medios de vida no es un desafío menor.  Podríamos decir que apostar por el liderazgo y la participación de las mujeres es la mejor manera de sacar a nuestros países de la pandemia con políticas y acciones concretas hacia una mejor y mayor participación de las mujeres. ¡La creación de una nueva normalidad nos dará la oportunidad de no dejar a las mujeres atrás!  

[1] Las mujeres dedican 31.6 horas a trabajo de cuidados no remunerados, y los hombres dedican 9.6 horas a este tipo de trabajo no remunerado.  Encuesta del Uso del Tiempo de la ONE 2018

[2] Las mujeres componen el 63% de las personas graduadas de las Universidades, datos educación en RD MESCYT